domingo, 14 de noviembre de 2010

En Proceso



Desde nuestra segunda vuelta, el viaje se convirtió en un viaje de redescubrimiento.

El pueblo nos dio una segunda vista más positiva, nos dio a conocer que no todo estaba dormido, que a pesar de que la mayoría de las personas con las que interactuamos no pertenecía al pueblo en sí, igual se juntaban, capaz como una excusa, pero su punto de encuentro terminaba siendo Carlos Keen. Y así como esa gente caía ahí, nosotras también, comimos y festejamos con ellos, vivimos, hablamos y disfrutamos con aquella gente que muy amablemente se ofreció y nos ofreció lo que podían.

Todo surgió a la marcha, por eso no pudimos analizar mucho lo que podíamos llegar hacer. Y ahora con muchísimo material filmado (todo por las dudas), supimos que la idea se transformo por completo.

Vimos todos los referentes dados en clases, y descartamos la mayoría, no por que no servían, al revés, nos inspiro muchísimo, sino por que nuestro material era muy diferente; por ejemplo con el post de Dafne, el fragmento de “Brutti, sporchi e cattivi de Ettore Scola, se apreciaban planos amplios, pero acompañados de movimientos de cámaras, con muchos seguimientos y secuencias, cosa que nosotras no teníamos, pero nos inspiro en la forma de ver a las personas, en como mostrarlas.

Por eso también nos tiramos mucho a nuestro actual referente: Marcos López.

Y dejo parte de un texto de su pág. (http://www.marcoslopez.com/marcostextos.htm) ya que él lo puede explicar mejor que nosotras.

“El sub - realismo criollo no necesariamente tiene que ver con el surrealismo.

Como el poplatino no necesariamente tiene que ver con el arte pop.

Sub - realismo criollo es igual a surrealismo autodidacta, igual a usar la palabra expresionismo en el sentido de la necesidad de expresar fuertemente algo.

Obviedad. Adolescencia. Deseo y represión. Culpa.

Cierta rusticidad, cierta ignorancia.

Los muchachos de siempre conversando en la puerta del bar de la rotonda.

La curtiembre, el Tiro Federal, la parte de atrás del cementerio que se inunda cada vez que crece la laguna.

La humedad. Lo gris de Santa Fe.

El resentimiento que provocan los amores no correspondidos.

Además, valga la aclaración: La Argentina no es México.

La Argentina son unos pastizales al Sur, sin alambrados, con el gauchaje en pedo riéndose a carcajadas de chistes que nunca entendí.

Acá no vino ni Tina Modotti, ni Weston, ni William Borroughs, ni Trotsky fue amante de nadie.

Acá no vino nadie.

Acá solamente vino Witold Gombrowicz y por suerte ahora el diario Página 12 editó 5 compacts de Atahualpa Yupanqui….”

Marcos López, Buenos Aires, año 2000.-

1 comentario:

  1. un poco pienso en martin parr también...
    http://asingley.blogspot.com/2009/06/its-martin-par-r-kind-of-day-last.html
    luego, recuerden que mañana SOLO se corregirán aquellos grupos que cumplan la consigna de mañana
    el trabajo sonoro
    saludos!

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